Como diría el gran Andrés Montes, apelando al aún más grande
Antonio Vega, "se dejaba llevar". Eso es lo que hizo el Cintra
Plasencia en los últimos 16 minutos ante el Coín. Su superioridad era tan
enorme, que verse con una ventaja de 23 puntos a un cuarto y medio para el
final (62-39) le hizo creerse que jugando a medio gas sería suficiente para
llevarse la victoria y certificar virtualmente la permanencia a falta de cuatro
jornadas. Al final, el triunfo cayó de su lado, pero por los pelos (78-76).
El dominio placentino en la primera parte fue abrumador.
Fueron posiblemente los mejores primeros veinte minutos que se vieron en casa.
Y eso que Espadiña o Daniel Holgado no fueron de la partida. El Cintra
Plasencia mantuvo una gran intensidad en defensa y eso le permitió correr el
campo. De cara al aro, Fitzgerald White volvió a ser el gran referente para dar
a los suyos una ventaja de 17 puntos al descanso (46-29).
El americano siguió a lo suyo en la segunda parte. Con el
62-39 ya sumaba 23 puntos en su casillero, pero ahí se fue a descansar al
banquillo y perdió la inspiración. O mejor dicho, cambió de bando. El
explacentino Fran Robles (firmó otros 23 puntos) tiró de galones y veteranía
para comenzar a amenazar desde el perímetro o bien doblar por dentro a Juan
Vasco.
Con este guion se llegó con 78-76 a falta de ocho segundos
para el final. El Coín tardó en capturar un rebote largo y cuando lo hizo, a
Ballesteros no le quedó otra que jugarse un triple de nueve metros sobre la
bocina. Por suerte para los extremeños, no tocó ni el aro.
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