Deja vu en La Bombonera. Si la temporada pasada se escaparon
un buen puñado de partidos en el último minuto, casi todos que se decidieron en
los segundos decisivos, la 2018/2019 no ha comenzado de forma diferente para el
Extremadura Plasencia. Una victoria y dos derrotas de las que mosquean, esas en
las que el factor suerte juega un papel importante.
La penúltima llegó en Marín en forma de 'buzzer beater' y la
última en casa, ante el Ávila Auténtica (78-79), en el peor partido del
Plasencia desde que Rafa Sanz es entrenador. Un choque gris y lleno de errores
que sin embargo dio una opción a los locales tras una gran reacción. Pero cuando
hubo que culminar la remontada, Medina primero y Gallardo después fallaron
sendos triples.
El Plasencia solo mantuvo el nivel en los primeros cinco
minutos y en los cinco últimos. Un parcial de salida de 6-0 enseñó el camino a
seguir, pero tras el 15-6 con el triple de Pablo Villarejo –que sigue sin gozar
de excesivo protagonismo- el partido sucumbió en un correcalles sin sentido que
favoreció al Ávila (19-18 en el primer cuarto).
Con la entrada en cancha de Sidao Santana, el partido fue
adquiriendo color abulense. El pívot brasileño fue dueño de ambas, cambió
muchos tiros y, a pesar de ir dosificándose en sus minutos, ya sumaba al
descanso 11 puntos.
Con 30-27 se vio la última ventaja local, coincidiendo con
el descanso de Sidao. Con su regreso, sumado a unos sorprendentes pobres
porcentajes del Plasencia en el perímetro, el Ávila recobró su ventaja al
descanso (32-38).
En la segunda parte, el Ávila se sintió muy cómodo en la
cancha. No necesitó hacer alardes de gran baloncesto para ir aumentando su renta
poco a poco. Mulero y Lauren-Ricks ofrecían destellos puntuales, pero tuvieron
como aliados a los propios jugadores placentinos, que una y otra vez permitían
canastas enormemente fáciles. La ansiedad, los nervios y la precipitación
allanaban la victoria del Ávila (52-60 en el tercer cuarto).
Con la coincidencia en cancha de un cinco placentino de
escasa amenaza anotadora (Germán, Cardito, Tomasevic, Álvarez y Mayot), el
Ávila fue capaz de alcanzar una máxima de 13 puntos (55-68 a 06:40).
Ahí sí que Rafa Sanz tiró de todo su arsenal para apurar sus
opciones. Marcellus Roberts tiró del carro como nadie, pero con el 67-72 le
llegó la quinta. La anotación se fue al perímetro y un triple de Gallardo
dejaba todo en el aire (72-74, a 01:58).
Una gran reacción a la que faltó el broche. Lo pudo poner
Medina a 01:40 y luego Gallardo a 01:00. Al final sí que llegó el triple de
Gallardo (78-79), pero a dos segundos para la bocina.