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CRÓNICA. El Plasencia gana un duelo de francotiradores en Ávila (75-87)

Marcellus Roberts bota ante la presencia de Faye en la cancha del Ávila. / CB PLASENCIA AMBROZ
Ávila Auténtica
75
Extremadura Plasencia
87
ÁVILA AUTÉNTICA.
Harol Cazorla (9), Guillermo Mulero (16), Lawrence-Ricks (5), Manu Vázquez (2), Sidao Santana (12) -cinco inicial-, Alfonso Ortiz (8), Faye (1), Berni García (22) y Bassirou Gueye.
EXTREMADURA PLASENCIA.
José Antonio Medina (17), Arturo Fernández, Diego Gallardo (21), Duane Morgan (14), Marcellus Roberts (13) -cinco inicial-, Germán Martínez (8), Javier Cardito (3), Deng Mayot (6) y Mario Álvarez (5).
PARCIALES:

14-16, 37-41, 56-56 y 75-87.
+Estadísticas.
ÁRBITROS:
José Luis López Córdoba y Jorge González Zumajo.
INCIDENCIAS:
Múltiples Carlos Sastre de Ávila.
























Juan Carlos Ramos / Plasencia


El Plasencia se resiste a dejar de luchar por los playoffs por el ascenso. En Ávila sabía que no tenía margen de error si quiere estar entre los seis primeros y dio un golpe sobre la mesa. En su mejor partido fuera de casa –o al menos, el más completo-, superó con merecimiento al equipo abulense (75-87) después de sobreponerse a un carrusel de alternancias en el marcador y a un porcentaje de triples local que bien entrado el último cuarto era del 70%.

Fue un partido serio de principio a fin, sin apenas lagunas o desconexiones. Y también de francotiradores, porque el Plasencia también brilló en ese sentido. Y eso que uno de los grandes protagonistas, Diego Gallardo, arrancó con cuatro triples fallidos que le relegaron al banco. De esta forma, las primeras ventajas se sustentaron en las defensas (14-16).

En ese aspecto, en el segundo cuarto, destacó el trabajo del gigante Deng Mayot, que supo frenar a Sidao. Con el viento a favor, tres triples seguidos dispararon la máxima (20-31). Lo malo es que el descanso de Mayot no encontró relevo en Roberts, desaparecido hasta la segunda parte, y el Ávila llegó vivo al descanso (37-41).

En la reanudación del partido se secó el caudal ofensivo placentino. Solo Gallardo era capaz de combatir el arsenal de Mulero o Berni García. Con 56-56 se llegó al desenlace.

El Ávila las empezó a meter desde cualquier distancia más allá del 6,75 y con el 70-69 parecía repetirse la historia de siempre. Sin embargo, el Plasencia no perdió la compostura y vacunó a los verderones con su propia medicina, con Medina y Gallardo apuntillando desde la línea de tres y logrando una máxima de doce (70-82) con la que no sufrir a falta de dos minutos.