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CRÓNICA. Al Miralvalle ya solo le queda tirar de milagro (48-73)

Victoria intenta la acción individual ante la defensa del Real Canoe.

48. Hierros Díaz Miralvalle: Ijoema Uchendi (11), Alicia Morales (3), Laia Moya (13), Victoria Reynolds, Karina Konstantinova (9) –cinco inicial-, Belén Barbero, Carla Ollero (4), María Romero (6), Nora Pérez (2) y Miriam Raimundo.

73. Real Canoe: Rocío Torcal (13), Patricia Soler (13), Dovile Miliauskaite (7), Macarena Roldán (7), Laura Prats (9) –cinco inicial-, Cristina Mato (4), Claudia Gómez (6), Marcos (2) e Irene Baeza (12).

Parciales: 16-10, 25-20, 34-51 y 48-73.

Árbitros: Val Nuño y Chacón Blázquez.

Incidencias: Pabellón Ciudad de Plasencia, 250 espectadores.

Juan Carlos Ramos / Plasencia

Faltan siete jornadas para el final de liga y el Miralvalle está a solo a una victoria de la zona de permanencia, pero la derrota del equipo placentino ante el Real Canoe (48-73) ha supuesto dilapidar muchas de sus opciones. Decir que habrá que esperar el milagro deportivo para salvarse no es descabellado. No tanto porque las cuentas no salgan, sino por las sensaciones que ofrece el equipo y las circunstancias que está atravesando, con dos interiores como Nicole Murugarren y Kamilah Jackson en el dique seco. La falta de centímetros es un hándicap demasiado grande como para soñar con competir con el resto de equipos. Su flamante fichaje, la checa Tereza Zitkova, no pudo debutar por problemas con la documentación.

En este escenario, el Miralvalle trató de repetir la imagen ofrecida en Estepona la semana pasada. Con la misma falta de centímetros, le sobraron dos minutos para llevarse la victoria. Pero ante el Canoe, al partido le sobraron 20 minutos.

En la primera parte, el Miralvalle ofreció una imagen digna. Y eso que las dos interiores disponibles, Uchendu y Laia Moya, empezaron a cometer faltas y a dosificar sus minutos. Las bajitas tiraron de pundonor para mantener a raya a un Canoe muy fallón. Tuvo una máxima de ocho y se fue con ventaja de cinco al descanso (25-20).

Pero en la segunda parte, no hubo color. El Canoe empezó a defender y al Miralvalle le faltó físico para superar la primera línea de presión. Y en la canasta contraria, aparte de su acierto en los triples, el equipo madrileño llegó a tener segundas y terceras opciones en todos sus ataques. Pasó de anotar 20 puntos en veinte minutos a 31 en el tercer cuarto (34-51) para matar el partido con diez minutos por jugar.

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