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LEB Plata. Al Plasencia le faltó físico para tener opciones en Ávila (78-66)

Mario Álvarez intenta penetrar ante Njegos Sikiras. CB AMBROZ
Ávila
78
Extremadura Plasencia
66
ÁVILA.
Harold Cazorla (6), Kyle Hittle (27), Guillermo Mulero, Sidao Santana (13), Njegos Sikiras (2) –cinco inicial-, Alexander Bak (5), Aramburu (12), Ignacio Ballespín, Mathew Wilson (7) y Berni García (6).
EXTREMADURA PLASENCIA.
Seydou Aboubacar (6), Mario Álvarez (7), Fernando Sierra (6), Miguel Martínez (17), Adrián Fuentes (21) –cinco inicial-, Álex Galán (4), Dylan Poston (5) y Pablo Bayle.
PARCIALES:

19-16, 38-28, 53-49 y 78-66.
+Estadísticas.
ÁRBITROS:
García González y Lizana Moreno.
INCIDENCIAS:
Múltiples Carlos Sastre.









































Juan Carlos Ramos / Plasencia


Ocho jugadores y un solo interior puro. Y el único que hay se encuentra terriblemente condicionado físicamente. El Extremadura Plasencia sigue jugando a la ruleta rusa y en esta ocasión, en el tambor del revólver, se encontró con una bala que le mandó al suelo.

El equipo placentino cosechó una nueva derrota a domicilio en Ávila que le impide dar el salto de calidad en el cierre de la primera vuelta. Un tropiezo esperado por la falta de recursos humanos que le hace ver que su objetivo es mantener la categoría y no luchar por meterse en puestos de playoffs. Ahora mismo está en puestos de descenso.

A pesar de la relativa contundencia de la victoria abulense, el partido arrancó realmente bien para los intereses placentinos, coincidiendo con la frescura de su cinco inicial (5-12 m.5). Cuando un renqueante Seydou Aboubacar se fue al banquillo y comenzaron las rotaciones, afloraron todas las carencias extremeñas. La falta de kilos dentro de la pintura permitió al Ávila encontrar numerosos aclarados, anotar fácil y voltear el tanteo por primera vez al final del primer cuarto (19-16).

La sangría visitante se extendió hasta el ecuador del segundo periodo. Un parcial de 17-0 allanó el camino del triunfo para el Ávila (29-16) y le mostró a Carlos Díaz que las opciones de su equipo pasaban por exprimir a Seydou sobre el parquet. Con el marfileño en pista, el Plasencia volvió a anotar, pero asumió que estaba en inferioridad con Sidao Santana por dentro y decidió sacar el balón al perímetro. Con 38-28 se llegó al descanso.

El Plasencia no disimuló su apuesta por el tiro exterior tras la reanudación. Incluso Mario Álvarez vivió más fuera de la línea de 6,75 que dentro de ella. Ni siquiera renunció al carrusel de triples cuando iba 49-35 abajo. Pero entonces apareció la mejor versión de Adrián Fuentes para ir acortando la desventaja y lograr ponerse arriba otra vez en el inicio del último periodo (55-56).

A esas alturas de partido ya estaba Fernando Sierra sentando en el banquillo por una torcedura en su pierna izquierda. Con el madrileño y Seydou viendo el partido desde el lateral, el cinco que encajó ese 17-0 estaba obligado a pelear por la victoria.

Carlos Díaz apostó por defender con una zonal 2-3 muy frágil, que concedía una y otra vez lanzamientos librados al Ávila. Quién sabe si por la falta de piernas de su equipo o confiando en los discretos porcentajes acumulados de su rival a lo largo de la temporada. Eso, y la tardanza en rectificar, le costó el partido al Plasencia.

Kyle Hittle se puso las botas ante un regalo tan inesperado y brindó al Ávila una victoria imprevisiblemente plácida después de que el Plasencia hubiera logrado remontar al inicio del último cuarto.