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CRÓNICA. El Extremadura Plasencia se suicida en Salamanca (70-67)

Germán Martínez bota el balón ante Víctor Moreno, autor del triple ganador. EL NORTE DE CASTILLA
CB Tormes
70
Extremadura Plasencia
67
CB TORMES.
Jacob Round (11), Njegos Sikiras (4), Osas Ehigitor (7), Andrew Ramírez (1), Víctor Moreno (11) –cinco inicial-, Pere Sureda (6), Lucas Antúnez (13), Anrijs Miksa (5), Juan Ramón Rivas (7) y Viktor Iljings (5).
EXTREMADURA PLASENCIA.
Duane Morgan (2), José Antonio Medina (12), Arturo Fernández (3), Vladimir Tomasevic (8), Marcellus Roberts (8) –cinco inicial-, Pablo Villarejo (8), Germán Martínez (1), Diego Gallardo (10), Javier Cardito, Mario Álvarez (6) y Deng Mayot (8).
PARCIALES:

14-20, 26-36, 43-48 y 70-67.
+Estadísticas.
ÁRBITROS:
Lizana Moreno y Cortés Paya.
INCIDENCIAS:
Pabellón Würzburg de Salamanca.


















Juan Carlos Ramos / Plasencia


Va a  costar mucho reponerse de esta derrota. Muchísimo. No ya porque sea otra más del Extremadura Plasencia en el último segundo –con lo que se alarga la maldición placentina en estos impases-, sino por la imagen ofrecida y la incapacidad de gestionar una suculenta renta en los últimos minutos. A menos de dos minutos para el final era de 14 puntos. Todo lo que sucedió después fue esperpéntico.

Fue el partido más gris de los que lleva disputado el Plasencia, pero nadie se podía esperar una catástrofe de estas dimensiones. Sin excusas del desgaste del viaje o de la entidad del rival, el Plasencia dominó desde el arranque.

El CB Tormes dejó muy claro desde muy pronto que iba a circular lo menos posible por la pintura y que iba a apurar sus opciones desde los 6,75 metros. Los triples no entraron y el Plasencia jugó a placer en el primer cuarto, con transiciones cómodas que cerraban el primer cuarto en 14-20.

Fue un guion muy parecido al que se desarrolló en el segundo parcial. Al Tormes le costaba horrores anotar y el Plasencia, al ritmo que marcaba Medina, iba despejando el camino a la victoria (18-32, m.14).

Tras el descanso todo cambió. Al Plasencia le costó cinco minutos anotar y el Tormes, sin hacer alardes, logró el primer empate (40-40). Sin referencias anotadoras, Gallardo tiró del carro para salvar el primer envite (43-48).

Roto el hielo, sus compañeros se unieron a la fiesta y 'finiquitaron' el partido (53-67 a 01:56). A partir de ahí todo fue sonrojante. Pareció haber más interés en engordar estadísticas individuales que sellar el partido, sin agotar las posesiones de 24 o devolviendo balones de fondo para permitir correr el campo. Y claro, también hay que meterlas. Parcial de 17-0, con cinco triples sin fallo –pero sin hacer falta- y el último de Moreno sobre la bocina.

A riesgo de exagerar, uno de los capítulos más negros en la historia del CB Plasencia Ambroz. Va a costar mucho reponerse de semejante puñetazo en el estómago.