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El Ciudad de Plasencia, colista de España


Todos sabían que ésta iba a ser una temporada de sufrimiento. La decisión de la directiva del Ciudad de Plasencia de eliminar los emolumentos a los jugadores provocó el desmantelamiento de la plantilla que tan buen rendimiento ofreció en pasadas campañas. Su séptimo puesto final, el mejor de toda su historia en Tercera División, fue el canto de cisne de un equipo en progresión ascendente y que se quebró en mil pedazos, con cada uno de sus jugadores emprendiendo una aventura por separado. Un grupo del que sólo continúa Edu Hernández, que este año está protagonizando un rol secundario a causa de las lesiones.
El adiós de aquellos jugadores obligó al club a buscar 'voluntarios' en categorías inferiores, en juveniles o en ligas locales de aficionados. Un grupo con una media de edad de entre 20 y 21 años. Apenas había cuatro o cinco futbolistas con experiencia en Tercera División, pero es todo lo que Álvaro Merino, su director deportivo, logró poner en manos de José Antonio Barbero, que volvía a tomar las riendas de un equipo de Tercera División tras su paso por la UP Plasencia hace cinco años.
Hasta los más optimistas tenían claro que habría que sufrir y que el Ciudad de Plasencia iba a ser uno de los grandes candidatos al descenso. Sin embargo, pocos podían atisbar que el bagaje a estas alturas de campeonato fuera a ser tan pobre. Justo en el ecuador de la temporada, el equipo placentino sólo ha llevado cuatro puntos a su casillero, una victoria y un empate, lo que le hace ser el conjunto con menor puntuación de todas las ligas nacionales -Primera División, Segunda División, Segunda B y Tercera División- donde ya todos los equipos han sumado al menos un triunfo.
Ahora, cuando los objetivos a marcarse deban ser a cortísimo plazo, escapar de esa condición de farolillo rojo nacional será una de las metas. Por delante, con cinco puntos, tienen al Altorricón de Huesca y al Santanyí de Baleares, ambos de Tercera.
Sin embargo, lo que aún hace más especial al Ciudad de Plasencia, es que es el único equipo de toda España -de categorías nacionales- que aún no ha sido capaz de puntuar en su propio campo. En total, diez partidos en La Vinosilla y diez derrotas, en los que sólo ha sido capaz de anotar tres goles. Un balance que hace comprender la delicada situación magenta.
Su técnico, José Antonio Barbero, reconoce ahora que está a punto de iniciarse la segunda vuelta que «ya no tenemos el privilegio de pensar en la salvación». Sin embargo, se muestra muy orgulloso por la actitud que ofrece su equipo: «La verdad es que estoy contentísimo con un equipo nuevo en la categoría en todos los sentidos que sigue compitiendo, que sigue entrenando y que sigue con ganas. Sólo nos han faltado los resultados».
Ahora, los objetivos pasan, precisamente, por no marcarse objetivos y afrontar cada partido y cada entrenamiento con ilusión: «Estoy intentando, y creo que lo estamos consiguiendo, es que el equipo trabaje, que compita los partidos y que no nos dejemos llevar como sucede en otros equipos cuando están en esta posición. Hasta ahora lo estamos consiguiendo. Vamos a intentar disfrutar de esta categoría e intentar ganar los partidos que podamos».

3 comentarios:

  1. Y ENHORABUENA A LOS BENJAMINES QUE AYER SE METIERON EN LA FINAL DE LA I VERA CUP

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  2. Muy cruel el fútbol con estos chavales. No merecen tan poco.

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